El día más esperado para Andrea y Pedro llegó cargado de emociones, risas y pequeños detalles que hicieron de su boda una celebración única.
Desde la elección de la fecha hasta los momentos compartidos con familiares y amigos, cada decisión estuvo pensada para reflejar su amor y personalidad. Aunque la lluvia hizo una aparición inesperada, nada pudo opacar la magia de este día tan especial.
La boda de Andrea y Pedro fue todo lo que soñaron y más. A pesar del clima, la pareja vivió cada minuto con intensidad, disfrutando tanto de los nervios previos como de la alegría compartida con sus seres queridos. La ceremonia, celebrada en la majestuosa Catedral Magistral de los Santos Justo y Pastor de Alcalá de Henares, marcó el inicio de una jornada que quedará grabada en sus corazones para siempre.
Andrea deslumbró con un traje de Rosa Clará, complementado con unos elegantes pendientes de Maru Joyerías y zapatos de Emilio Badiola. Pedro, por su parte, optó por un chaqué de Chaqué Madrid y zapatos de El Corte Inglés, luciendo impecable en cada momento.
La peluquería estuvo a cargo de Akua Peluqueros, mientras que el maquillaje fue realizado por Vanessa Calero. Ambos hicieron un trabajo excepcional para que los novios se sintieran cómodos y radiantes en su gran día.
El banquete, lleno de risas y buenos momentos, fue otro de los grandes recuerdos de los novios. Ver a sus amigos y familiares disfrutar tanto como ellos fue una de las mayores satisfacciones. La comida y el servicio fueron elogiados por todos, convirtiendo el lugar en un escenario perfecto para celebrar el inicio de su vida juntos.
La boda de Andrea y Pedro estuvo llena de detalles cuidadosamente pensados que reflejaban su personalidad y amor por la elegancia y la calidez. Desde el encantador cartel de bienvenida, que daba el toque perfecto para recibir a los invitados, hasta el original seating plan decorado con flores naturales y detalles rústicos que hacían honor a «sus personas favoritas». Por último, el salón del banquete se convirtió en un lugar mágico con una decoración floral impecable, mesas que transmitían sofisticación y un ambiente íntimo que invitaba a disfrutar de cada momento. Cada rincón estaba diseñado para que sus seres queridos se sintieran especiales en un día tan único.
Andrea y Pedro animan a quienes estén planeando su boda a disfrutar cada parte del proceso, incluso los momentos más agitados. Organizar un evento de esta magnitud puede ser estresante, pero también es una oportunidad para crear recuerdos únicos. Además, recomiendan disfrutar del día al máximo, ya que pasa volando y cada instante es irrepetible.
Con una historia que comenzó hace más de seis años, Andrea y Pedro han demostrado que el amor y la complicidad son la base de una relación sólida. Desde la romántica pedida de mano en Lisboa hasta la celebración de su boda, esta pareja ha creado un camino lleno de momentos inolvidables y sueños cumplidos.
Ahora, comienzan esta nueva etapa con la misma ilusión y compromiso que han demostrado desde el principio. ¡Les deseamos toda la felicidad del mundo en esta maravillosa aventura que es el matrimonio!
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