Un día inolvidable: La boda de Bea y Antonio en La Quinta de Jarama

Hay bodas que se viven con una emoción especial, y la de Bea y Antonio fue una de ellas. Rodeados de su gente y en un entorno mágico, celebraron su amor con una jornada llena de momentos únicos que quedarán para siempre en su memoria.

La llegada de los novios e invitados

Desde el primer momento, la emoción se respiraba en el aire. Bea y Antonio llegaron radiantes, con el corazón lleno de ilusión y rodeados del cariño de familiares y amigos. La elección de la fecha no fue casualidad: querían un día especial, con la frescura del otoño, y La Quinta de Jarama les ofreció el escenario perfecto, con su entorno verde y acogedor que, según Bea, le recordaba al norte de España. Incluso la lluvia se convirtió en un elemento mágico que hizo aún más especial la llegada de los novios.

La sesión de fotos: Un recuerdo para siempre

Cada rincón de la finca se convirtió en el escenario perfecto para una sesión de fotos mágica y llena de amor realizada por Liven. Entre risas y miradas cómplices, la pareja disfrutó de momentos únicos, capturando la esencia de su historia en imágenes que lo dicen todo; recuerdos que quedarán para siempre

 

Durante la sesión de fotos pudimos apreciar el espectacular vestido de novia diseñado a medida para Beatriz por  Sole Alonso,  y su equipo,  junto con sus zapatos de Flordeasoka , regalo de una gran amiga. Su ramo, diseñado por Flores Pili, complementaba a la perfección su vestido, añadiendo un toque de armonía y elegancia al conjunto. El traje de Antonio, también espectacularde la mano de Bonvivant

El cóctel y la cena

Aunque los novios pasaron gran parte del tiempo en el coctel saludando a cada uno de sus seres queridos, el ambiente fue espectacular. Música, aperitivos exquisitos y una puesta en escena elegante hicieron de este momento una celebración en sí misma.

Después del cóctel, llegó el momento de sentarse. El salón estaba decorado con una iluminación cálida y detalles florales que realzaban la belleza del espacio. La cena transcurrió entre risas, brindis y discursos emotivos que hicieron que cada invitado se sintiera parte de la historia de amor de Bea y Antonio.

La fiesta

Y si algo quedó claro, es que la fiesta fue absolutamente inolvidable. La música estuvo a cargo de Íñigo Ristori, quien logró que la pista de baile no se vaciara ni un solo instante.

Desde el primer baile hasta los momentos más divertidos, cada invitado lo dio todo en la pista. Luces, efectos especiales, buen rollo y una energía desbordante convirtieron la noche en un auténtico fiestón.

Para Bea y Antonio, su boda trascendió lo que podría considerarse una simple celebración. Fue un día marcado por emociones profundas, en el que no solo se sintieron rodeados del cariño y apoyo de sus familias y amigos, sino también por la presencia simbólica de aquellos que, aunque ausentes predominantemente, los acompañaron de una manera muy especial.

Y cuando parecía que la fiesta no podía mejorar… ¡llegó la recena! Porque después de tanto baile, nada como unos perritos calientes y mini hamburguesas para recargar energías y seguir dándolo todo. Y por si fuera poco, el broche de oro fue un chocolate con churros que estaba tan, pero TAN rico, que más de uno repitió.

Nos encanta ver cómo cada boda en La Quinta de Jarama se convierte en una fiesta única, llena de momentazos y emociones a flor de piel. Bea y Antonio disfrutaron a lo grande en su gran día, rodeados de amor, risas y su gente más querida. El resultado fue magnífico gracias a The big day y Marta mazas, quien no pudo gestionar mejor su rol de wedding planner. Y nosotros, felices de haber sido testigos de esta historia tan bonita (y de haber aguantado la lagrimita en más de un momento).

¿Te gustaría celebrar una boda similar a la de Antonio y Beatriz? Contacta con nosotros

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